Reutilizar para construir un planeta más sostenible

La reciente presentación del Informe Global E-Waste Monitor 2022 impulsado por Naciones Unidas nos recuerda la importancia de incrementar la reutilización y el reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos como parte de la solución en la mejora de nuestro planeta.

 

Las cifras presentadas por Naciones Unidas en este informe indican que durante el año 2019 solo el 17% de los 53,6 millones de toneladas RAEE generadas a nivel mundial se recogieron, documentaron y gestionaron de forma correcta y respetuosa con el medioambiente. Esto supone que el otro 83%, que equivale a 44,3 millones de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos, no se documentaron y su destino, fuera de cualquier tipo de control, fueron los circuitos de reciclaje no autorizados o directamente los vertederos. Aparte de la importante contaminación del planeta que ello conlleva, supone también una pérdida en valor económico en metales valorizables de 44,2 mil millones de euros.

 

A nivel europeo, teniendo en cuenta que es la región con el volumen más alto de RAEE per cápita del mundo, las cifras mejoran notablemente, llegando a reciclar de forma documentada y por los circuitos legales un 42% de los 12 millones de toneladas de RAEE genera.

 

A la vista está que tenemos aún un gran reto colectivo que afrontar y los frentes son tan grandes como diversos: mejorar el control de los movimientos transfronterizos de productos, mejorara las legislaciones y coordinarse entre países, incrementar el control sobre el destino final y, en casos graves de incumplimiento, aplicar las sanciones que correspondan.

 

La previsión del Informe Global E-Waste Monitor 2022 es que en 2050 los RAEE, a nivel mundial, se incrementen hasta los 110 millones de toneladas, lo que nos plantea un escenario futuro preocupante que precisa de medidas urgentes para no poner en riesgo nuestro ecosistema.

 

El mayor consumo de aparatos eléctricos y electrónicos y el importante crecimiento de la distribución internacional hace que las posibles soluciones a aplicar no sean fáciles. Las políticas nacionales e internacionales deberán impulsar legislaciones que mejoren el tratamiento de los residuos eléctricos y electrónicos y promover, a través de campañas de sensibilización, que este reto nos interpela a todos a título individual y empresarial.

 

Sin pretender ser alarmistas, sí que es importante que pasemos de las palabras a los hechos y, como consumidores, distribuidores y fabricantes, pongamos en práctica nuestro derecho y nuestro deber de exigir un tratamiento controlado de nuestros productos cuando hayan terminado su vida útil, para reducir la contaminación del planeta y permitir que sus componentes se puedan reutilizar para crear y fabricar nuevos productos.

Cambio de objetivos

 

Frente a este escenario presente y futuro, desde ECOTIC, como entidad referente del sector, reafirmamos nuestro compromiso en participar activamente en las propuestas de mejora que se puedan debatir tanto a nivel nacional como europeo. También mantenemos nuestro compromiso de mejora constante, aplicando los cambios que sean necesarios e implicando en este cometido a toda la organización, desde el Patronato a todas nuestras áreas operativas. Fruto de este trabajo es la creación de la nueva empresa sin ánimo de lucro ECOTIC Entidad Administradora o la creación de la Fundación ECOTIC Clima, dos decisiones importantes que hemos tomado con la voluntad de ampliar los tipos de residuos que recogemos e incrementar el número total de toneladas que gestionamos.

 

A pesar de esto, y como hemos comentado en más de una ocasión, es necesaria una revisión de los objetivos de recogida que tenemos adjudicados porque, como venimos reclamando desde hace años, estos no se corresponden con la realidad de aparatos eléctricos y electrónicos que se ponen en el mercado. Esto hace muy difícil, por poco realistas, conseguir estos objetivos, sobre todo por motivos que escapan a nuestra capacidad de acción: por un lado, debido a la vida útil muy superior a la media de grandes aparatos, como los aires acondicionados o las placas solares, que los objetivos no contemplan; y por otro por la cantidad de pequeños aparatos que no son reciclados y permanecen en los hogares y en las empresas o que se reciclan por circuitos no homologados.

 

Esta es una reclamación que a nivel europeo ya puso encima la mesa, hace tres años, el estudio realizado por el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR) y publicado por el WEEE Forum. En sus conclusiones se solicita que los Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) sean únicamente responsables de la recogida de los RAEE que tengan a su alcance por las vías legales y no de los que se encuentren fuera de sus competencias, y sobre éstos se les exija como objetivo la recogida del 100%.

 

Según los resultados de esta investigación, el método empleado para calcular las cantidades de recolección actuales no es compatible con el propósito para el que fue diseñado y, como consecuencia, se obtienen objetivos incorrectos que no cumplen su cometido, por lo que resulta prioritario cambiarlo. Tres años más tarde seguimos sin avanzar en este sentido.